viernes, 8 de junio de 2012

Bombas en el pecho y corazones en la mente.

—¡Tengo un corazón real!

No le sabía algún otro rostro diferente al pasivo y aburrido de siempre, nada como el sonriente y sonrojado que me presumía ahora. Vale, que se veía más vivo, por decirlo así. Aseguraba entre saltos de dicha que tenía un corazón, ¡Uno real! Valga usted a saber si era verdad o no, pero se le veía feliz. Y eso era lo extraordinario.

— Valeria, te digo, tengo un corazón real. ¡Late, suena, se siente pesado y hasta duele! ¡Uno real, carajo!

— Calla, tarado. Que te oyen y nos amonestan. ¿Qué sandeces dices? ¿Corazón? ¡Has perdido el juicio!

— No, que tengo uno. Acá, acá. Del lado izquierdo. Dale, siente, siente...

Todo está en la mente, me dije. Y es que cuando le toqué el pecho caliente, sólo sentí el motor de la bomba.

— Quizá sea hora de que te cambies la bomba, la IEV promociona la actualización de la 3k90.

— Valeria... ¿Es que no lo sientes?

Si se refería al latido de la bomba, sí que lo sentía. Le venían algunas reparaciones, su motor estaba viejo, parecía un pequeño vibrador en el pecho.Y eso no me hizo sentir bien. Rodrigo y su corazón falso (o no) me habían aflojado los lagrimales; y un poquito los recuerdos de antes, cuando creía que se podía tener corazón si uno lo deseaba lo suficiente. ¿Por qué uno no tiene lo que desea?

— El corazón está en la mente, en el pecho tienes una bomba que te mantiene vivo. ¡Una bomba! con engranajes y cables. ¿Caliente, dices? ¿Y que te duele a veces? Pues te digo, actualiza tu modelo, es viejo y pequeño. ¿Acaso tu madre no te dijo que cuando cumplieras los quince la tenías que cambiar? Uno crece, y la bomba debe cambiarse a una más grande para tolerar mejor la vejez. Y si el tuyo te duele es porque algo debe estar mal, mira sino es un cable suelto. Y si toca algún nervio, te va a doler mal. Quizá ya te haya tocado alguno, y hasta estropeado. ¡Actualizar es la clave!

— Pero que bonito hubiera sido, ¿no, Valeria? Ilusionarse con que todo se guarda ahí, y no en el recuerdo. Y que no importa el tiempo que pase o que no pase, siempre estará todo allí. Con los mismos colores, con los mismos sabores y texturas. ¡Hasta con las mismas emociones! Porque la mente a veces tergiversa, y hasta peor, olvida. Pero que bonito hubiera sido. Si uno no se guardara las cosas en la mente, y sólo en la mente. Y que lástima que uno tenga una bomba con motor y que la mía esté vieja y pequeña. Pero igual duele; sí, quizá haya algún cable suelto.

Que putada. Que digo, patada. Y me salió con esas; él, que no parecía vivo, más bien un fantasma de carne y hueso, y cabellos rubios. Me dice (más bien susurra, con voz rasposa y quebrada) que hubiera sido bonito. ¡Bonito! Es que Rodrigo nunca aprendió, nunca supo. Que la vida es como es, y uno tiene lo que tiene. Y si le digo que la bomba en su pecho es sólo eso, es porque es así. Yo misma lo comprobé, y esa ilusión se disolvió para siempre. El que siente, es porque necesita un estímulo. O más bien su mente. Porque uno es una marioneta. De carne y huesos, y cabellos coloridos. Y bombas con motor, engranajes y cables sueltos. Y por la culpa de ese pelotudo, la bomba mía se había estropeado (o re-estropeado).

— Pero sí, hubiera sido bonito...


****

Esta locura cursi y tonta es una ¿crítica? Quizá algún punto de vista mal expresado que me conseguí por alguna parte de mi mente. No tiene mucho sentido, como casi todo lo que pienso. Pero nada, quería robarme este espacio para agradecer a cualquier mente curiosa que me lee, susurra y crítica. Bienvenidos sean todos. 

Ya, me voy. 

Saludos, mentes ávidas.

2 comentarios:

  1. No creo que no tenga mucho sentido, de hecho, como me pasa con todo lo tuyo que leo (de paso aprovecho de decirte que me encanta cómo escribes) lo que sucede es que tiene muchos sentidos. Ya me gustaría poder escribir reflexiones y críticas de la manera que tú lo haces porque en serio que te ponen a pensar, te dejan en silencio, meditabundo, es como si abrieran una puerta que estaba cerrada y que tienes miedo de cruzar porque no sabes qué te espera del otro lado.
    Sigue escribiendo.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias!

      Que alguien aprecie mi forma de escribir es muy gratificante. Tú también, yo adoro tus escritos; me tienes en suspenso con las actualizaciones, ¡eso sí!... Bueno, pues, muchas gracias por leer. Pronto, quizá, siga actualizando con historias más largas y con tramas más (o no) comprensibles.

      Saludos, Seiren.

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