viernes, 15 de febrero de 2013

Que no te atrape el ayer.

Cierra los ojos, y corre.
El reflejo de los que se quedan, las sombras de los que no estuvieron.
Cierra los ojos, y corre.
El viento le pellizca, y el frío le entumece los dedos.
Cierra los ojos, y corre.
Piernas que tropiezan, codos que se hieren. Arde.
Cierra los ojos, y corre.
Atrás escucha los murmullos, los recuerdos que le llaman.
Cierra los ojos, y corre.
Lágrimas que brotan, el corazón que duele. Y luego la calma.
Cierra los ojos, y corre.
El sol que calienta, el rostro que encanta. La sonrisa.
Cierra los ojos, que no te atrape el ayer.
Corre, corre, corre.

jueves, 7 de febrero de 2013

A la vuelta de la esquina.

Le voy a encontrar un día a la vuelta de una esquina. La que menos me gusta. Arrodillado, viendo las grietas de la acera. Ignorando que el día está pasando, y que obstruye el paso a los peatones. Muy absorto en las lineas irregulares del concreto. No notará mi presencia, y entonces, tendré que carraspear y murmurar su nombre.

Se volteará, me mirará y fruncirá el ceño. Su voz hosca me preguntará sin mucho ánimo: ¿Qué quieres? Y yo le sonreiré, diciendo que es hora de volver; que deseo que me acompañe hasta mi casa, se siente conmigo, y me cuente qué tan interesante puede ser un par de grietas en una acera, a la vuelta de una esquina, en un día tan bonito.

Me sacará la lengua, muy juguetón, y después se dará a la fuga, gritándome sobre el hombro que no busque imposibles, que son demasiado ágiles para mis patosas manos. Yo le miraré mientras huye, acostumbrada a sus partidas sin despedida. Se esconderá, y encontrará otra esquina donde retozar, con nuevas grietas que observar, lanzándome imposibles que atrapar.