Porque ya no sé hacer café, y dibujar es ahora cosa de niños.
Y a veces no le encuentro sentido a lo que pienso, y escucho estática.
Cuando hablo con alguien, se convierten en reflejos, y es lo mismo.
El café se enfría más rápido, y el tiempo pasa muy lento.
Es el aire, o la cama y la almohada.
O puede que sea yo la que no quiere hacer nada.
O puede que sea yo la que no quiere hacer nada.
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