Parte VI
"Eres mi Shana... Dulce Shana..."
"¿No le darás a papá un beso de buenas noches?"
Mientras, Julián la observaba desde el marco de la ventana, negando con frenesí, susurrando palabras que no alcanzaba a escuchar. Cuando de repente, Shana se quedó inmóvil. Lo siguiente que Julián sintió fue el vacío a su espalda y el dolor mudo al golpear la tierra. Ella le miraba desde arriba, con los ojos idos, nublados de inconsciencia bestial; su irregular respiración se asemejaba al chillido de un animal maltratado. Acercó su rostro crispado, juntando sus narices, degustando el aire que él exhalaba. Y con voz la grave y ronca de un desconocido, le siseó rabiosa:
"Shana, eres mi dulce Shana..."
—Ya no soy tu Shana. Nunca más.
Nota del autor(?): Uno es demasiado duro consigo mismo, ¿no es así? Espero tocar fondo algún día. ¿Algún consejo? y ya que estamos, ¿cómo deja uno de ser tan egocéntrico y egoísta? Es para un amigo.
Saludos, a cualquiera que aún lee estas cosas.